De alguna manera, la recolección de pruebas es la parte fácil de la ciencia. Es mucho más complicado evaluar los datos, averiguar cómo un elemento de información se relaciona con otro y decidir lo que significa todo ello.
En los últimos años, por ejemplo, los avances en la genética nos han permitido abordar cuestiones que alguna vez parecían imposibles de contestar. ¿Dónde y cuándo se originan los seres humanos? ¿Por qué solamente los seres humanos pueden hablar? El patrón de líneas blancas y negras en la gelatina de electroforesis que se muestra aquí tiene algunas de las respuestas. La electroforesis es una técnica que nos permite grabar y comparar los patrones de material genético encontrado en el ADN de todo ser viviente. Este gel es muy especial: revela la composición genética de un hombre de Neandertal que vivió hace 38,000 años. Con él, podemos ver cambios a lo largo del tiempo en algunos de los rasgos que nos hacen humanos. Sin embargo, las evidencias genéticas no son tan blancas y negras como las líneas en un gel. Las grandes cantidades de datos genéticos no siempre dan una respuesta fácil a la pregunta más obvia: ¿Qué traducen las diferenciasen los genes en las diferencias físicas y de comportamiento que nos hacen humanos? |